27 dic 2008

En ese momento en que mis pies fríos tocan los tuyos, cuando tus labios besan la soledad, juego a ser ama y señora de un reino que no tiene fin. En el segundo que tu sonrisa escapa de tu cara es cuando vuelo por esos cielos de papel celofán con los que un día inventé tu rostro.
Justo cuando siento el calor de tu protección se hacen helados mis movimientos pero el alivio llega acompañado de la calma y una sensación que no tiene nombre hace que ría sin razón. Y mientras que tus manos me invitan a seguirte, pienso que no hay de que preocuparse y me dejo llevar por tu silencio. Es ahí cuando hace falta alguna palabra que pueda expresar una acción, un pensamiento o quizás algún deseo y justo en ese momento escucho un susurro que dice no lo arruines.

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