
Justo cuando siento el calor de tu protección se hacen helados mis movimientos pero el alivio llega acompañado de la calma y una sensación que no tiene nombre hace que ría sin razón. Y mientras que tus manos me invitan a seguirte, pienso que no hay de que preocuparse y me dejo llevar por tu silencio. Es ahí cuando hace falta alguna palabra que pueda expresar una acción, un pensamiento o quizás algún deseo y justo en ese momento escucho un susurro que dice no lo arruines.
No hay comentarios:
Publicar un comentario